December 21, 2024

SOCIEDAD Cuba: El cuerpo desnudo en la represión y en la protesta LIEN CARRAZANA | Madrid

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Cuba: El cuerpo desnudo en la represión y en la protesta

LIEN CARRAZANA | Madrid

Para quienes ponen el cuerpo en la lucha contra el régimen cubano su piel es su arma, pero también es el blanco de la represión. Los activistas de la Isla han usado su cuerpo como último recurso, sometiéndose a huelgas de hambre o desnudándose para protestar. Es un recurso desesperado cuando ya no hay otra cosa que perder que la vida misma.

La vestimenta es parte del código social establecido para la vida en comunidad. Desnudarse es una forma de romper ese código, de gritar con el cuerpo, algo que se ha extendido mundialmente como un modo de protesta.

Lo hemos visto en los más diversos escenarios: actores que se desvisten en la alfombra roja de los Grammy Latinos; políticos que lo hacen en un pleno para protestar por una decisión judicial; practicantes del streaking (correr desnudo) en estadios y lugares públicos para lanzar su mensaje, y en las manifestaciones antirracistas de EEUU este año, cuando en Portland una manifestante se enfrentó a la Policía llevando únicamente un gorro y una mascarilla. Bautizada como la “atenea desnuda”, la imagen de esta mujer se hizo viral porque el desnudo es una forma extrema de llamar la atención, de desmarcarse del resto, y en estos casos funciona. Las redes sociales y los medios de comunicación se hacen eco inmediatamente.

La misma estrategia han utilizado activistas feministas de Femen o las rusas de Pussy Riot en varias acciones públicas, con desnudos o semidesnudos en lugares claves como reuniones internaciones, instituciones públicas o iglesias.  Sus cuerpos son un eslogan: “Naked War”.

Para muchos, estas acciones han acarreado litigios con la justicia y críticas de un sector de la opinión pública que desaprueba estas prácticas porque la desnudez se sigue asociando con la obscenidad, aunque más obscena pueda ser la violencia que ejercen las fuerzas del orden contra quienes se manifiestan pacíficamente.

¿Por qué el desnudo se ha convertido en manifestación de protesta desde los años 60? “Porque viola un tabú, porque arremete contra la moral dominante, impuesta por los vestidos. Lo que están mostrando quienes se desnudan en público no es otra cosa que su más extrema vulnerabilidad. Una mano de bolillazos o de bombas lacrimógenas arrojadas a manifestantes desnudos vuelve más violenta la violencia, más represivo el orden impuesto por los vestidos, casi siempre uniformados”, analizó el escritor y periodista colombiano Óscar Collazos.

El desnudo como represión

Una de las técnicas represivas que utiliza la policía política en Cuba es desnudar a las personas como parte de un registro. Así le ocurrió a los miembros del independiente Centro de Información Legal Cubalex en 2016, cuando las autoridades allanaron su sede y confiscaron todos sus equipos de trabajo.

En declaraciones a DIARIO DE CUBA, la abogada Laritza Diversent, directora y fundadora de Cubalex, definió la experiencia como “humillante” y “muy indignante”.

“Violaron la intimidad de mi hogar y de mi cuerpo”, dijo. “Tuve que desnudarme ante una persona desconocida. Aunque era una mujer, era una persona que no conozco, y aunque se veía que ella lo hacía porque le habían dado una orden, yo no lo hacía por voluntad, sino porque me lo ordenaron. Y si no lo haces por las buenas, te desnudan por las malas”, explicó Diversent, quien decidió partir al exilio tras el fuerte operativo contra su proyecto.

Diversent confesó que en ese momento tuvo que hacer un ejercicio de contención muy grande para no perder el control y que ello propiciara una situación violenta. Recordó como uno de los momentos más humillantes la cara de uno de los oficiales que aguardaba tras la puerta donde ella fue obligada a desnudarse: “La intención era humillar”, indicó, “pero tuve mucha paciencia, y solo le dije: ‘satisfecho, ¿ya?'”.

La orden de desnudar llegó tres horas antes de que acabara el registro que duró 11 horas, y la aplicaron a todos los miembros del equipo de Cubalex, en su mayoría mujeres. Pero también con el abogado Julio Ferrer, a quien posteriormente se llevaron detenido.

Esta práctica represiva es una de las más denunciadas por las mujeres activistas, con el agravante de que muchas veces ocurre en un centro de detención o estación de Policía, e incluso en presencia de oficiales hombres. Estos registros pueden llegar a la aberrante situación de exigir a una mujer con el periodo mestrual realizar cuclillas, “como si la vagina fuera un bolsillo para guardar cosas”, señaló Diversent.

El desnudo como protesta

“Así se siente toda la nación cubana, desnuda”, dijo en 2010 el activista cubano César Alexander Cozar Rivera, de la plataforma Cuba Democracia Ya, cuando protestó sin ropa, amordazado y esposado frente a la sede la Unión Europea en Madrid. La acción condenaba la política exterior del Gobierno de Rodríguez Zapatero en diálogo con el régimen.

En ropa interior se manifestó una cubana frente a una estación de Policía de la Isla en 2016, luego de que las autoridades detuvieran a varios de sus familiares.

Desnudarse ha sido el recurso extremo para algunas madres de presos políticos, que se han plantado a protestar frente al Consejo de Estado, “y parece que alguna logró algo porque muchas me consultaban si yo les recomendaba esa forma de protesta”, dijo Diversent.

La opositora Keilylli De la Mora utilizó este recurso durante su detención del 12 de abril de 2020. “En la estación policial un agente de Policía la empuja. Ella, ante el temor de ser maltratada, corrió al patio dentro de la propia unidad. Varios oficiales comenzaron a perseguirla y ella se quitó la ropa para evitar que la tocaran y golpearan”, indicó Cubalex en un documento de seguimiento del caso al que tuvo acceso DIARIO DE CUBA.

De la Mora, que actualmente cumple condena por los supuestos delitos de propagación de epidemias, desacato, atentado y desobediencia, fue golpeada, inmovilizada y conducida a una celda estando únicamente en blumer, según su propio testimonio. Alrededor de tres o cuatro horas después, los agentes decidieron llevarla al hospital, y “una oficial intentó vestirla por la fuerza con dos policías en un auto patrullero”.

El desnudo virtual también ha llegado como protesta en tiempos de Covid-19. En respuesta a la filtración de imágenes íntimas del artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara, presuntamente por parte de la Seguridad del Estado cubana, numerosos artistas, activistas y miembros de la sociedad civil se han desnudado en las redes sociales en apoyo al artista.

El desnudo usado como herramienta para atacar a Otero Alcántara al filtrar sus imágenes sin su consentimiento, esta vez es revertido por el desnudo colectivo como solidaridad y espacio de libertad.

“Si mi desnudez es símbolo de rebeldía contra el régimen, me visto de ella. Al castrismo solo le debo lo que llevo puesto en esta foto”, escribió la blogera Lola Uz, creadora de la página de Facebook Analogías de Lola, al fotografiarse llevado solo un blumer.

Aunque estamos acostumbrados a ver desnudos en el arte, la publicidad y en contextos aceptados —como el topless en la playa—, el desnudo usado con un fin político puede acarrear una sanción administrativa si se hace en un contexto público y no se está autorizado. O algo peor.

Es el caso de Ibrahim Domínguez Aguilar, un joven de Contramaestre, en el Oriente cubano, que en enero de este año recibió una golpiza, según publicó El Nuevo Herald. Un vecino de Domínguez Aguilar explicó que “Ibrahim tiene un historial de enfrentamientos con la Policía. Él se quita la ropa en forma de protesta pacífica por si lo van a detener, que se lo lleven como Dios lo trajo al mundo”. En el video difundido se puede ver a varios policías golpeando a Domínguez Aguilar con porras hasta hacerlo sangrar y lanzándolo al suelo.

Por “ultraje sexual” dentro del Código Penal cubano se sanciona “con privación de libertad de tres meses a un año o multa de 100 a 300 cuotas” al que “ofenda el pudor o las buenas costumbres con exhibiciones o actos obscenos” así como también quien “produzca o ponga en circulación publicaciones, grabados, cintas cinematográficas, (…) fotografías u otros objetos que resulten obscenos, tendentes a pervertir o degradar las costumbres”.

El preso político José Rolando Casares, miembro ejecutivo de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana, cumple cinco años de condena desde 2017 por los supuestos delitos de desacato, atentado y ultraje sexual, esto último contradictoriamente, ya que el activista fue obligado a desnudarse en la estación de Policía “para ver si le encontraban alguna memoria”, reportó Cubanet.

El desnudo sigue siendo esa arma de doble filo que tanto oposición como autoridades utilizan sin saber a ciencia cierta las posteriores consecuencias y reacciones, aunque en el caso de las fuerzas del orden son los cuerpos desnudos los que llevan las de perder.

La imagen de una mujer de raza negra, completamente desnuda y descalza, apoyada al capó de un carro de policía en Cuba apareció en un programa de esta semana del presentador e influencer Alex Otaola. No se sabe claramente el motivo de la detención, se desconoce la fecha de la foto, pero el hecho es que ella está ahí, de pie, delante de hombres uniformados, como una metáfora de la fragilidad de la ciudadanía ante poder.

Mientras el régimen tiene la potestad de reprimir, desnudar y encarcelar, los ciudadanos cubanos, vestidos o desnudos, siguen siendo criminalizados por protestar. Y eso sí que es obsceno y degradante. En resumen, un ultraje.