September 27, 2024

Beneficios de desempleo: ¿más es mejor siempre?

Beneficios de desempleo: ¿más es mejor siempre?

Proteger a los trabajadores de los vaivenes de la suerte puede parecer una idea noble, pero tiene consecuencias involuntarias

(Foto: AS USA)

MONTANA, Estados Unidos. – La propuesta para extender los beneficios de desempleo a 112 semanas esquiva preguntarse si más es mejor siempre. En las ciencias sociales la noción de que más no es mejor siempre se conoce como la hipótesis de la “U” Invertida.

Las curvas de una U Invertida tienen tres partes. El lado izquierdo o ascendente, donde más recursos inducen mejorías; el medio de la U Invertida, donde más recursos no hacen mucha diferencia; y el lado derecho, descendente, donde más recursos empeoran la situación. La lógica de la U Invertida es que llega un punto en que, a pesar de las intenciones, añadir recursos solamente sirve para empeorar las cosas. Los científicos sociales sostienen que casi todas las experiencias siguen una U Invertida. Apliquemos este principio al debate sobre los beneficios de desempleo.

El sistema federal y estadual de seguros de desempleo se estableció en 1935 como una red de protección que proveyera asistencia financiera temporal a los trabajadores que perdieran su trabajo. Inicialmente, los beneficios de compensación por desempleo recibirían sus fondos de impuestos a las nóminas de los empleadores. Sin embargo, el sistema evolucionó utilizando ingresos federales generales para pagar por un rango ampliado de beneficios. Al comienzo, los beneficios estaban previstos para 16 semanas, posteriormente se extendieron a 26 semanas, y con los años se han añadido beneficios “suplementarios” llegando a la propuesta de 112 semanas, y el proceso no parece terminar.

Proteger a los trabajadores de los vaivenes de la suerte puede parecer una idea noble, pero tiene consecuencias involuntarias. La primera consideración debería ser si protegernos de los vaivenes de la suerte es una función legítima de gobierno, pero dejemos esa pregunta filosófica para otro día y enfoquémonos ahora en el seguro de desempleo.

Las investigaciones demuestran inequívocamente que el seguro de desempleo estimula a las personas a permanecer más tiempo desempleadas, al proveer incentivos y medios por no trabajar. Esto no es una valoración despectiva. Es una exposición factual de una reacción humana lógica ante un estímulo particular.

Una razón es que los beneficios de desempleo incrementan lo que los economistas llaman “reserva de salario”. Esta reserva de salario es la diferencia entre los beneficios que un trabajador desempleado recibe del gobierno y el monto que sería pagado por un empleador. Como resultado de recibir compensación por desempleo los trabajadores declinan oportunidades de trabajo si la oferta no supone un incremento significativo en la cantidad de dinero a recibir.

Otros estudios muestran que algunos trabajadores eligen mantenerse fuera del mercado de trabajo para maximizar los beneficios que reciben. Este tipo de investigaciones muestra típicamente un agudo incremento en el regreso al trabajo cando los beneficios de desempleo están por finalizar.

¿Nota usted una relación de U Invertida?

Quienes proponen pagos extendidos de desempleo contra argumentan que esos pagos sirven para estimular la economía otorgando poder de compra a los desempleados. Olvidan mencionar que, para poder hacer esos pagos el gobierno debe obtener recursos a través de impuestos a los trabajadores con empleo, reduciendo así el poder de compra de quienes tienen trabajo. En el análisis económico agregado, en tales transferencias el monto del beneficio siempre es cero. El gobierno puede pedir prestado para hacer los pagos, pero eso solo transfiere la pérdida del poder de compra a los futuros trabajadores.

Más indignante aún es el criterio de que los pagos de compensación por desempleo tienen un efecto multiplicador tal que por cada dólar pagado la economía es estimulada por una cantidad mayor, digamos $1.80, cuando el dinero viaja de un receptor a otro. Si esto fuera cierto, podríamos duplicar nuestro Producto Interno Bruto si todos dejamos de trabajar y comenzamos a recibir compensación de desempleo: una tontería absoluta.

Aun así, si una sociedad se persuade de que es deseable orquestar una red de seguridad para los trabajadores, hay enfoques mucho mejores. Un ejemplo es el programa establecido en Chile. El sistema chileno se centra en cuentas personales de seguro de desempleo. Esas cuentas personales obtienen fondos de contribuciones de nómina del empleador, igual que las de nuestro país. La diferencia es que las cuentas son propiedad del trabajador individual y acumulan saldos durante su vida laboral. Los fondos no utilizados pertenecen al trabajador y pueden ser destinados a complementar sus ahorros para el retiro.

Nótese que esas cuentas personales de seguro de desempleo eliminan los desincentivos inherentes a nuestro sistema, porque los trabajadores están motivados a encontrar un nuevo empleo lo más rápido posible para mantener el saldo en sus cuentas. Como mínimo, es un sistema que deja de hacer peores las cosas, y mueve recursos del lado descendente de la curva U Invertida al ascendente.

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ACERCA DEL AUTOR

José Azel

José Azel

(Cuba, 1948): Llegó al exilio en Estados Unidos en 1961, con 13 años de edad. Fue profesor adjunto de Negocios Internacionales de la Escuela de Administración de Empresas de la Universidad de Miami. En la actualidad es catedrático del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS) de la Universidad de Miami. Posee una maestría en Administración de Empresas y un doctorado en Relaciones Internacionales de la Universidad de Miami. Se especializa en análisis a profundidad de temas económicos, sociales y políticos cubanos, con especial énfasis en las estrategias a seguir en la Cuba post Castro. Es autor del libro Mañana en Cuba: El legado del castrismo y los retos para la transición. Pertenece a la Junta Directiva de CubaNet Noticias.