November 14, 2024

La política de cuadros se fue a bolina en Cuba

La política de cuadros se fue a bolina en Cuba

Aunque esto y el nombre de la persona que está designada no le interesa a la sociedad cubana, porque en definitiva no le permiten opinar sobre ello

Cuba Primer Ministro Manuel Marrero
Primer Ministro de Cuba Manuel Marrero (Foto: Agencias)

LA HABANA, Cuba.- La noticia del nombramiento de Manuel Marrero Cruz como Primer Ministro de Cuba ha sorprendido a todos, y de forma especial a los Vicepresidentes del Consejo de Ministros, que se suponen eran la cantera para ocupar esta plaza, según la política de cuadros vigente en el país.

Quiere decir que ninguno de los que hasta ahora ha sido segundo en el Consejo de Ministros está capacitado para ser primero, y tuvieron que subir a esa posición a uno que estaba por debajo de ellos, ocupando el cargo de Ministro de Turismo.

Es casi insultante para estas personas, además, que Díaz-Canel al proponer a Marrero haya dicho que “se ha caracterizado por su modestia, honestidad, capacidad de trabajo, sensibilidad política y fidelidad al Partido y a la Revolución”, entonces ¿los otros no?

Hay que recordar que el cargo de Primer Ministro fue suspendido en Cuba en 1976, y ahora con la nueva Constitución vuelve a entrar en vigor.

Por lo que cabría preguntarse: ¿quién está dirigiendo el país? Porque el turismo en Cuba ha estado controlado por Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, el ex esposo de una de las hijas de Raúl Castro, y todo parece indicar que Manuel Marrero es un hombre de él, ya que estuvo a cargo de la Vice Presidencia de Gaviota y fue promovido a Ministro de Turismo durante el mandato de Fidel Castro, convirtiéndose en el dirigente que ocupara por más tiempo una cartera gubernamental.

En el cargo lo sustituye a partir de ahora Juan Carlos García Granda, que recién se había estrenado como vice ministro primero de Turismo, lo que puede constatarse porque hay una publicación del MINTUR del 25 de marzo de 2019 en la que se le hace entrega de un reconocimiento a Alexis Trujillo Morejón como vice ministro primero del ramo.

Fue Juan Carlos García quien inauguró —a inicios de noviembre y con la presencia de Raúl Castro y Miguel Díaz Canel— el hotel SO Paseo del Prado, administrado por la cadena francesa Accor.

En el caso del Ministerio de Turismo se respetó la cadena de mando, pero no así en algunos de los otros ministerios, lo que recuerda la época en que sustituían a un ministro y ninguno de los cuadros que conocían de la rama en cuestión era nombrado. Siempre sacaban a alguien “de abajo de la manga” que no estaba familiarizado con la actividad y no tenía ninguna experiencia al respecto, y lo designaban para el cargo. El ejemplo más recordado es el de Roberto Robaina.

Sin embargo, hay dos vice primeros ministros en Cuba que llaman la atención: Ramiro Valdés, que ya tiene 87 años, más que pasado de la edad de retiro y de las reglas que se pusieron para otros cargos, y Alejandro Gil Fernández (nombrado en julio de 2018), que mantiene la dualidad de ser también ministro de Economía y Planificación.

Hay que decir que, de manera histórica, la dictadura siempre ha tenido un zar de la economía, al inicio de los tiempos lo fueron Carlos Rafael Rodríguez y Humberto Pérez, a los que siguieron otros como Carlos Lage, José Luis Rodríguez, Manuel Murillo y ahora Alejandro Gil. Ninguno ha logrado resolver la unificación de la moneda.

Hace apenas unos días salió Gil a la palestra pública desmintiendo las versiones de prensa de un cambio inminente de la tasa del dólar con respecto al peso nacional (CUP) de uno por 50. Por su parte, Miguel Díaz-Canel, en su intervención en la Asamblea Nacional del Poder Popular, también trató de calmar los ánimos de la población, que se han visto reflejados en la afluencia de personas a CADECAS para realizar cambios de CUC por CUP. Díaz-CAnel dijo que el ordenamiento monetario nacional no estaba basado en un cambio de moneda y que se garantizarían los depósitos bancarios y el efectivo en manos de la población, pero… ¿por qué será que nadie le cree?

Y es que sus discursos son para un pueblo fantasma, muy alejados de la realidad que se vive en el país, lo que hace que las personas asuman que no habla para ellos.

El comentario de algunas de las partes de sus cansones sermones va de boca en boca, aunque la mayoría de la gente no lo escucha, sin embargo, critican segmentos como en el que dijo que en el año 2019 todo el país volvió a apretarse el cinturón, ¡claro menos los dirigentes y sus familias! Él, en particular, está tan gordo que se le quiere explotar el botón de la barriga de las camisas que se pone, por cierto, todas de buenas marcas.

Se puede decir —sin temor a equivocarse— que la violación de la política de cuadros en Cuba no le interesa a la sociedad de la Isla, como tampoco le importa el nombre de la persona que está designada en un cargo u otro, porque en definitiva no le permiten opinar sobre ello.

Comenzará el año 2020 con una nueva estructura gubernamental y con nuevos nombres, pero esos serán los únicos cambios que se van a ver, porque ha quedado bien demostrado durante 2019 que no hay voluntad política para mejorar la difícil vida del cubano de a pie.

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