La ineficiencia, a la vista del cubano
El cubano de a pie, que se ríe hasta de su propia desgracia, dice que lo único que hay que hacer para tener comida es poner una jaba delante del televisor
LA HABANA, Cuba. – Al régimen le resulta muy difícil reconocer cualquier cosa que esté mal hecha. Hay que sentarse a ver el Noticiero Nacional de Televisión de las 8:00 p.m. para percatarse de que aquí todo está resuelto y, lo que no, se va a resolver en breve. El cubano de a pie, que se ríe hasta de su propia desgracia, dice que lo único que hay que hacer para tener comida es poner una jaba delante del televisor a la hora del noticiero.
Pero la realidad es otra y puede verse plasmada en este ejemplo: dos señoras venían conversando por la acera de la calle de mi casa, ambas con sendos carritos ―muy usados en el país― para trasladar mercancías de la bodega a la casa. De repente, una se paró de forma brusca frente a mi portal y le dijo a la otra, en un tono bastante molesto: “Yo puedo entender todo lo que está pasando por culpa del bloqueo, lo que no me cabe en la cabeza es qué han hecho con el boniato y la calabaza”.
El noticiero estelar de la Televisión Cubana también se ha convertido en una especie de CSI (Investigación en la Escena del Crimen) cubano. Casi todas las noches ese programa muestra casos de corrupción y desvío de productos, lo que desluce la actuación de la Policía y también los controles de la dictadura.
¡Claro! En estos momentos es importante meter un poco de miedo y echar la culpa de las escaseces a los acaparamientos que realizan algunos para lucrar en la bolsa negra. Pero cualquier persona que tenga dos dedos de frente, cuando ve casas completas convertidas en almacenes y operaciones policiales que sacan de estos lugares camiones cargados con mercancías inexistentes en el país, se hará las siguientes preguntas: ¿Dónde estaba el presidente del CDR cuando entraban los productos desviados? ¿Estaba durmiendo cuando los sacaban? Esto indica que se acabó la guardia cederista, pero más aún que a los miembros de esta organización “no gubernamental” le importa un bledo lo que pasa en la cuadra.
Hay otros “factores” como los núcleos zonales del Partido Comunista de Cuba, grupos de militantes retirados que se pasan el día mirando lo que sucede en las calles y “tomándole el pulso” a los problemas sociales para informarlos. ¿No veían el trasiego de mercancías y lo que estaba pasando?
Y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que también se constituyó con el fin de informar, ¿no pudo localizar al jefe de Sector de la PNR para contarle? Sin dudas es él quien está más afectado en todo esto: un oficial que deambula por el barrio tratando de conocer la vida de todo el mundo y es capaz de enviar a cualquiera a cumplir prisión por “peligrosidad predelictiva”. Ha quedado en ridículo, porque cada vez que se anuncia un caso en el que interviene la Justicia, dicen que es por denuncias que se han hecho. Esto implica que el policía que tiene a su cargo la vigilancia de la comunidad es un inepto, en el mejor de los casos, porque también se podría pensar que es un corrupto y que recibe parte de la tajada.
Asimismo, queda en mal lugar la Contraloría General de la República, que está representada hasta el nivel municipal y debe velar, según sus funciones, por el control hasta en el último lugar de Cuba.
No obstante, como siempre sucede, todo se queda en los bajos niveles: el que cometió el delito y los receptadores, también algunos funcionarios de las empresas involucradas y, sobre todo, los jefes de almacén que siempre son los más responsables. Sin embargo, de ahí para arriba todo el mundo es inocente. Se pueden cometer delitos en cualquier establecimiento empresarial, que ni el director de la rama en el ministerio que corresponda, ni el viceministro y mucho menos el ministro son responsables de lo que está pasando. Ellos están muy ocupados y no tienen que controlar nada.
Peor aún es cuando usted pregunta ¿quién elige a los cuadros? Porque se supone que todas esas personas corruptas han pasado por un proceso de selección, cuya primera exigencia es ser militante del PCC o de la UJC. Un simple análisis muestra que no resultan buenas las elecciones que se hacen, pues una gran cantidad de personas que están implicadas en estos hechos son cuadros aprobados por los “niveles superiores”.
Los que quieren utilizar la propaganda para impresionar a la población en momentos de gran escasez y dedicar loas a los que ejecutan estas operaciones, se equivocaron, porque lo único que han logrado es poner en evidencia la falta de control y de organización que padece el sistema.
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