CARDENAS – Ciudad Bandera
Posted by Derubin Jacome in CUBA EN LA MEMORIA, Municipios y ciudades
El territorio que actualmente ocupa el municipio de Cárdenas no constituyó uno de los puntos de interés inmediato para los conquistadores europeos, llegados a Cuba en las primeras décadas del siglo XVI. No obstante, la costa cardenense fue recorrida y reconocida durante el bojeo realizado por Sebastián de Ocampo, en 1509, y como parte de la empresa colonizadora de la Isla, emprendida entre 1511 y 1513 por Diego Velásquez con la ayuda de Pánfilo de Narváez.
A Cárdenas se le conoce también con el nombre de “Ciudad Bandera”, ya que en mayo de 1851 desembarcó el general Narciso López portando la que sería tomada en la Asamblea de Guáimaro del 10 de abril de 1869 como la enseña nacional de Cuba.
“Salvado por la campana”
Este es quizás el significado más tétrico y escabroso de la lista. Utilizamos el dicho cuando no realizamos una misión aburrida y desagradable porque otro suceso se interpone. En la antigüedad, muchas personas eran enterradas con vida. Para evitar que las víctimas murieran bajo tierra, se colocó en el exterior del féretro una pequeña campana. Así, si alguien despertaba, podía pedir auxilio de inmediato.
“A caballo regalado no se le miran los dientes”
Significa que hay que mostarse conforme con las cosas obtenidas gratuitamente sin importar su estado.
Presenta un remoto origen, pues la costumbre de observar detenidamente la dentadura de un caballo antes de comprarlo, para evaluar su salud o su edad, se remonta a varios siglos en la historia del hombre. Claramente, en la frase se nos advierte que, si el caballo es un obsequio, mal haríamos en fijarnos en el estado de sus dientes, puesto que no hay que pagar precio alguno por él.
“Me costó un ojo de la cara”
Se utiliza para hacer entender que se ha conseguido un objetivo pero que su costo ha resultado por demás elevado.
En el siglo XVI, durante las expediciones para explorar y conquistar “las Indias”, el conquistador manchego Don Diego de Almagro perdió un ojo por culpa de una flecha en el asedio de una fortaleza Inca. Al regresar a España se presentó ante el rey Carlos I y al despachar sobre la acometida en las nuevas tierras de la corona Don Diego se lamentó que: “El negocio de defender los intereses de la corona le había costado un ojo de la cara”. Se supone que insistió tanto en el hecho de haber perdido el ojo que pronto esta frase se difundió rápidamente entre la corte, los soldados y el pueblo, llegando así hasta nuestros días.
“Dormir como un tronco”
Se orienta a tipificar los casos en que una persona ha caído en un sueño tan profundo que se lo puede equiparar con los troncos, en especial con aquellos que se encuentran tirados en el suelo.
La fórmula oral recrea la imagen de algo pesado, que se sitúa en posición horizontal y que permanece en una misma pose durante mucho tiempo, sin nada que pueda alterarlo. Además, vale agregar que a los grandes maderos que atraviesan las vías férreas se los llama, precisamente, durmientes.
“Es de medio pelo”
Expresa la calidad de algunos objetos, la belleza de un sujeto o el rendimiento de un profesional.
Aproximadamente una centuria atrás, provenientes de la española ciudad de Cádiz, llegaban a nuestro país sombreros confeccionados con pelo de castor.Algunos de ellos, los de mejor calidad y más caros, estaban hechos con pelos enteros extraídos del animal, mientras que otros, los más baratos, sólo tenían parte de pelo de castor. Es decir, algunos eran de pelo entero y otros de medio pelo. Tal situación delataba el nivel social de la persona portadora del sombrero y, así las cosas.
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